Como continuación a la Píldora informativa Nº5, en la que tratamos de forma generalista los principales Medios de Pago existentes en el comercio, nos centraremos ahora en uno de ellos de sumo valor para el sector ambulante y que es el datáfono o pasa tarjetas. El comercio ambulante no debe quedarse atrás en aquellos avances tecnológicos que, como en este caso, terminan convirtiéndose en una necesidad para los clientes.
Empezaremos exponiendo la diferencia que hay entre Datáfono y TPV, aclarando la confusión existente en la mayor parte de la población como resultado de utilizar de manera genérica la misma nomenclatura para ambos sistemas.
Una TPV (terminales punto de venta), aunque se puede presentar de diferentes maneras, es un ordenador con pantalla táctil, que introduciendo los productos con un número o código de referencia permite gestionar todo el proceso de venta, las entradas de stock, salidas, compras, ventas, generar consultas, crear tickets, llevar la contabilidad… En resumen, se trata de un sistema informático que ayuda a llevar un control de la marcha del comercio, permitiendo saber cuánto, cuándo y a quién se vende. Se puede valorar como un eficaz medio para ser más más ágiles, más productivos y más rentables.
Por su parte, un datáfono es un dispositivo compacto que permite cobrar a los clientes mediante tarjeta de crédito o de débito. Normalmente es proporcionado por el banco con el que trabaja el comerciante y se componen de un teclado, una pequeña impresora, un lector de la banda magnética de las tarjetas, un chip y un software para gestionar la operativa de venta y el protocolo de comunicaciones.
En resumidas cuentas, un datáfono es el aparato con el que cobrar a los clientes mediante tarjeta de crédito o de débito y un TPV es un dispositivo destinado a la gestión de un negocio que ayuda al buen funcionamiento interno de una empresa.
Centrándonos en el datáfono, podemos decir que su principal ventaja es la comodidad que supone pagar utilizando un sistema en el que la entidad financiera abona directamente el importe de las ventas que se hayan efectuado con tarjetas, ofreciendo de este modo, un mejor servicio al facilitar a los clientes el no tener la necesidad de llevar dinero en efectivo y poder realizar compras.
El funcionamiento se basa en el empleo de una línea telefónica a la que se conecta un dispositivo especializado que permite comunicar el establecimiento comercial con los centros de datos de las entidades financieras.
En lo referente al Comercio Ambulante, desde hace un tiempo han empezado a ser habituales los datáfonos inalámbricos que llevan incorporada una tarjeta SIM de un operador de telefonía móvil, conectándose como tal cuando se quiere realizar la gestión de los datos de cobro. De esta manera se supera el principal inconveniente de los datáfonos tradicionales y que es estar conectados a la línea fija de teléfono, realizando una llamada para comunicar con el servidor del banco cuando se hace una operación con él. Esto tiene dos efectos colaterales: 1) cuando se está haciendo esa comunicación no se puede ni hacer ni recibir llamadas (ni por tanto no se puede usar el datáfono si se está hablando por teléfono), y 2) esas conexiones las paga el comercio. Los dispositivos móviles son de gran utilidad para realizar cobros de manera cómoda allí donde se encuentre el cliente, permitiendo superar la escasa movilidad de los tradicionales, los cuales al estar conectados por cable impedía acercarlo al cliente, con lo que, en algunos negocios, éste perdía de vista su tarjeta de crédito.
El datáfono se encarga de poner en conexión al comercio con el centro autorizador de la entidad financiera con la que trabaja el cliente pagador. Este proceso tiene como finalidad confirmar que la tarjeta del cliente está operativa. Igualmente, lleva asociada una cuenta corriente del comercio en la cual se abona periódicamente el importe de las ventas tramitadas mediante un sencillo proceso que se denomina totalización y que normalmente, suele ser diario.
Entre las principales ventajas de las que goza el comercio ambulante al aceptar tarjetas de crédito o débito podemos destacar las siguientes:
- Aumento considerable de las ventas
- Comodidad al cliente
- Profesionalismo al comercio
- Mayor grado de seguridad para el cliente
- Disminuye el costo del dinero para el negocio, ya que es mayor el costo de manejar dinero en efectivo que la comisión por aceptar el pago con tarjeta
No obstante, aunque las ventajas son muchas, antes de instalar el dispositivo es necesario planificar y conocer las tasas y los costos que conlleva mantener un datáfono.
Independientemente de la entidad financiera escogida para las transacciones, existen tasas que hay que pagar por estos servicios, como son el alquiler del dispositivo o la tasa de ventas, que aunque son costes menores hay que conocerlos y negociarlos.
En general, los datáfonos son alquilados por las operadoras. Es decir, cuando no se utilizan más, se devuelven. Los costos varían entre las empresas que prestan el servicio.
Por lo general, es más caro el alquiler de los datáfonos inalámbricos. Esta tarifa puede negociarse dependiendo de algunos factores, como el tipo de comercio o el volumen de ventas.
En cualquier caso, la evolución tecnológica y la proliferación de los dispositivos móviles en el día a día de la sociedad ha hecho que el sistema de pago mediante datáfono se haya convertido en necesario para la supervivencia de los comercios.